CAMPAÑA DE ZARAGOZA 2025:

Cuando a principios de 2025 decidimos ampliar nuestras campañas de información a Zaragoza, sabíamos que iba a suponer un nuevo desafío para Turtles for the Future. Hasta entonces, la mayor parte de nuestra actividad de divulgación se había concentrado en Valencia y la costa levantina, donde la presencia directa de tortugas y fauna marina hacía que las personas comprendieran de inmediato la importancia de nuestro trabajo. Sin embargo, llevar ese mensaje tierra adentro, a una ciudad situada a cientos de kilómetros del mar, planteaba una duda razonable: ¿Conectarían los zaragozanos con nuestra misión?

Lo que ocurrió a lo largo del año superó todas nuestras expectativas. Zaragoza se convirtió no solo en un punto estratégico para la educación ambiental, sino también en un lugar donde se gestaron alianzas, sensibilización profunda y un compromiso ciudadano que no habíamos visto nunca. Y esa transformación nació de un proyecto sencillo: Escuchar a la gente y llevar la causa allí donde pudiera ser entendida con el corazón.

El comienzo: Instalar un pequeño centro en Zaragoza

Todo empezó en marzo de 2022, cuando habilitamos un pequeño local en el centro de Zaragoza, cerca del Paseo Sagasta. No era más que un espacio de 40 metros cuadrados, con dos mesas, varias sillas, un panel con fotografías de nuestros rescates en la costa valenciana y una pantalla donde mostrábamos imágenes satelitales de las rutas migratorias de las tortugas mediterráneas.

Desde el primer día, los transeúntes se detenían frente al escaparate. No estaban acostumbrados a ver a una ONG marina en pleno corazón de Aragón. Ese contraste generaba curiosidad, sorpresa y preguntas espontáneas:

—¿Qué hacéis exactamente?
—¿Cómo llegan las tortugas a nuestro litoral?
—¿Qué podemos hacer desde Zaragoza?

Comprendimos entonces que había un enorme potencial educativo, y que Zaragoza no solo podría convertirse en un nodo informativo, sino también en un motor de concienciación profunda para el interior de España.

Charlas en colegios: El impacto más grande vino de los más pequeños

Entre abril y noviembre organizamos más de 25 charlas en colegios de Zaragoza. Visitamos centros en La Almozara, Valdespartera, San José, Las Fuentes y Delicias, entre otros. Cada charla tenía una estructura muy cuidada:

  1. Presentación de Turtles for the Future.
  2. Explicación de cómo son las tortugas mediterráneas.
  3. Proyección de vídeos de rescates reales.
  4. Actividad participativa para los alumnos.
  5. Pequeños compromisos individuales para proteger el medio ambiente.

La reacción de los niños fue abrumadora. Muchos no habían visto nunca una tortuga marina más allá de dibujos animados o libros de ciencia. Cuando les explicábamos que estas tortugas recorren miles de kilómetros y que el Mediterráneo es una de sus áreas más importantes de supervivencia, abrían los ojos como si estuvieran descubriendo un secreto de la naturaleza. Pero lo más impactante era cuando les hablábamos de las amenazas: Las redes fantasma, los plásticos, los anzuelos o los choques con embarcaciones.

Hubo un día especialmente emotivo en un colegio del barrio de Torrero. Al terminar la charla, una niña de unos nueve años levantó la mano y nos dijo:
Mi abuelo pesca en un pantano, no en el mar, pero a veces encuentra botellas y plásticos. ¿Creéis que debería recogerlos para ayudar a las tortugas?

Aquel comentario nos recordó exactamente por qué hacíamos todo esto. La concienciación no se limita al lugar donde suceden las cosas, sino a cómo las personas entienden su impacto en el entorno global. Durante meses, decenas de profesores nos escribieron para contarnos cómo los alumnos habían cambiado hábitos y cómo la conversación ambiental se había convertido en tema recurrente en sus clases.

Puestos de información en la Plaza del Pilar

Sin duda, el punto culminante llegó con nuestra presencia en la Plaza del Pilar. Allí colocamos un gran puesto informativo tres fines de semana consecutivos durante el mes de junio. Montamos carpas, banners, pantallas, una maqueta a escala real de una tortuga adulta y un pequeño taller infantil para enseñar a los más jóvenes a identificar residuos peligrosos para la fauna marina.

La Plaza del Pilar demostró ser un lugar perfecto: Miles de personas paseaban cada día y muchas se detenían por curiosidad. Nuestro equipo de voluntarios se organizó en turnos de mañana y tarde, atendiendo preguntas, repartiendo folletos y explicando la situación actual del Mediterráneo. Algo importante fue que no nos limitamos a informar: Queríamos que la gente sintiera que podía actuar desde cualquier lugar del país.

La pregunta más repetida era:
—Pero… ¿qué podemos hacer desde Zaragoza para ayudar a las tortugas que están en el mar?

Para responderla diseñamos una explicación sencilla:

  1. Reducir el uso de plásticos es igual de importante en Zaragoza que en Valencia.
  2. Los ríos arrastran basuras tierra adentro hacia el mar.
  3. El consumo responsable es una herramienta de cambio global.
  4. Difundir la información hace que más personas conozcan la causa.
  5. Apoyar a ONGs marinas permite financiar nuevos rescates.

El nivel de participación fue tan alto que, en solo tres fines de semana, superamos las 3.000 interacciones directas y más de 500 personas se ofrecieron como voluntarias para acciones futuras.

Paseo Sagasta: La campaña más dinámica

En septiembre decidimos instalar un segundo puesto informativo más pequeño, pero permanente durante seis días, en el Paseo Sagasta, una de las zonas más transitadas de Zaragoza. Como nuestro local se encontraba cerca, fue sencillo organizar relevos, talleres y pequeñas charlas improvisadas.

Esta campaña destacó por un formato nuevo que pusimos en práctica por primera vez: Clases abiertas al aire libre. Usábamos una alfombra , varios paneles y un proyector portátil para dar microclases de entre 20 y 40 minutos a grupos que se formaban espontáneamente.

Algunos temas fueron:

  • Cómo identificar una tortuga herida si te la encuentras en la costa.
  • Qué objetos cotidianos son más peligrosos para el medio marino.
  • Cómo funcionan nuestros dispositivos de seguimiento satelital.
  • Historias reales de rescates.
  • La importancia del ecosistema mediterráneo para España.

Los zaragozanos respondieron con entusiasmo. Participaban personas mayores, padres con niños, estudiantes universitarios e incluso turistas que no esperaban encontrarse con una ONG marina en Aragón.

Clases en nuestro local de Delicias: El laboratorio divulgativo

Durante todo el año ofrecimos clases, charlas técnicas y talleres en nuestro local. Había sesiones para adultos, actividades para asociaciones vecinales y cursos especiales para jóvenes interesados en la biología marina.

Creamos una dinámica muy particular: Cada viernes por la tarde organizábamos una “charla breve de impacto”. En apenas una hora, hablábamos sobre una tortuga concreta, mostrando radiografías, imágenes de su rescate, su evolución clínica y su liberación. Estas sesiones humanizaban enormemente nuestro trabajo; la gente necesitaba poner rostro a las historias para sentir la conexión emocional.

Muchas personas terminaban preguntando cómo hacerse socias, voluntarias o colaboradoras, y algunas de ellas hoy forman parte activa de nuestras campañas anuales.

El impacto final: Zaragoza no era un destino, era un punto de partida

Al cierre del año 2025, Zaragoza se había convertido en una ciudad clave para nuestras campañas informativas. Gracias a todo lo logrado: Charlas en colegios, puestos en la Plaza del Pilar, actividades en Sagasta, clases en nuestro local y la implicación de cientos de ciudadanos, conseguimos ampliar no solo nuestra presencia, sino también nuestra influencia educativa.

Zaragoza nos enseñó algo fundamental: La concienciación ambiental no depende de la distancia al mar, sino de la disposición de las personas a entender, aprender y actuar.
Y esa fue, sin duda, una de las misiones más exitosas del año.